Por Antonio Febles
En los últimos años, la crispación social y la polarización han llegado a las aulas de nuestras escuelas, afectando a alumnos, docentes y familias. La falta de respeto y la intolerancia hacia las opiniones ajenas se han convertido en elementos habituales en el ámbito educativo, provocando un clima hostil que dificulta la convivencia y el aprendizaje.
La raíz del problema: Causas de la crispación y la polarización en la educación
Existen diversas causas que han propiciado la aparición de la crispación y la polarización en las escuelas. Entre ellas destacamos:
– Influencia de las redes sociales: El uso masivo de las redes sociales ha fomentado la confrontación de opiniones y la difusión de mensajes polarizadores. Los alumnos adoptan estos comportamientos en su vida cotidiana, incluyendo su entorno escolar.
– Falta de educación en valores: El énfasis en la formación académica y la adquisición de conocimientos específicos ha dejado en un segundo plano la enseñanza de valores como el respeto, la empatía y la tolerancia.
– El rol de los medios de comunicación: Los medios de comunicación han contribuido a la creación de un ambiente polarizado al dar prioridad a noticias sensacionalistas y conflictivas, fomentando la confrontación y la crispación.
– División política y social: El auge de movimientos políticos y sociales extremistas ha generado un clima de crispación y polarización que se ha trasladado a las aulas.
Consecuencias de la crispación y la polarización en la educación
La presencia de la crispación y la polarización en las escuelas tiene importantes consecuencias para los alumnos, docentes y familias:
– Deterioro del clima escolar: La falta de respeto y la confrontación constante generan un ambiente negativo en el aula, dificultando el aprendizaje y la convivencia.
– Aumento de la violencia escolar: La intolerancia y la crispación pueden derivar en situaciones de acoso y violencia entre los alumnos.
– Desmotivación y abandono escolar: El ambiente hostil en las aulas puede desmotivar a los estudiantes, lo que puede traducirse en un aumento del abandono escolar.
– Pérdida de confianza en el sistema educativo: La crispación y la polarización en las escuelas pueden generar desconfianza en el sistema educativo por parte de las familias y la sociedad en general.
Estrategias para contrarrestar la crispación y la polarización en las escuelas
Para enfrentar este problema, es necesario implementar diversas estrategias que promuevan la convivencia y el respeto en las aulas:
– Educación en valores: Es fundamental fomentar la enseñanza de valores como el respeto, la empatía y la tolerancia desde la educación primaria, para que los alumnos puedan desarrollar habilidades socioemocionales y convivir de manera armónica en su entorno escolar.
– Formación docente en mediación de conflictos: Es importante capacitar a los docentes en técnicas de mediación y resolución de conflictos, para que puedan manejar situaciones de crispación y polarización en el aula de manera efectiva.
– Promover el pensamiento crítico y el diálogo: Fomentar el pensamiento crítico y el diálogo entre los alumnos es esencial para generar un ambiente de respeto y tolerancia hacia las opiniones ajenas. Los docentes deben impulsar actividades y debates que promuevan la reflexión y el análisis de diferentes perspectivas.
– Inclusión de la educación mediática en el currículo escolar: La enseñanza de la educación mediática y la promoción de un uso responsable de las redes sociales pueden ayudar a los alumnos a discernir la información verídica de la falsa y a no caer en la trampa de la polarización y la crispación en línea.
– Fomentar la participación de las familias en la educación: La colaboración entre la escuela y las familias es clave para combatir la crispación y la polarización. La comunicación constante y el trabajo conjunto en la formación de valores y el fomento del respeto pueden generar un cambio positivo en el entorno educativo.
El papel de la sociedad en la lucha contra la crispación y la polarización en las escuelas
La sociedad en su conjunto tiene un papel fundamental en la erradicación de la crispación y la polarización en las escuelas. Algunas acciones que pueden contribuir a este objetivo son:
– Promover la tolerancia y el respeto en el ámbito familiar: La educación en valores comienza en casa. Las familias deben enseñar a sus hijos la importancia del respeto y la tolerancia hacia las opiniones y creencias ajenas.
– Fomentar el periodismo responsable: Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar de manera imparcial y objetiva, evitando fomentar la crispación y la polarización en la sociedad.
– Apoyar políticas educativas inclusivas y tolerantes: Es necesario que la sociedad exija a los gobernantes políticas educativas que promuevan la inclusión y la educación en valores en las escuelas.
– Fomentar el diálogo y la cooperación entre diferentes grupos sociales y políticos: La sociedad debe promover el diálogo y la colaboración entre diferentes grupos e ideologías, evitando caer en la polarización y la crispación que tanto daño hacen a las instituciones educativas y al futuro de nuestros jóvenes.
La crispación social y la polarización en las escuelas son problemas que nos afectan a todos y que debemos enfrentar de manera conjunta. La educación en valores, el fomento del pensamiento crítico, el diálogo y la cooperación entre diferentes actores de la sociedad son clave para construir un futuro en el que el respeto y la tolerancia sean pilares fundamentales de la educación y de la convivencia ciudadana.
Fuente: INED21